jueves, 29 de julio de 2010

Premios Dardo y Blog de Oro- Miguel Dorelo



El excelente escritor y amigo Daniel Frini, titular de DannyBlog me ha concedido el honor de otorgar a La Cuentoteca además de a otros blogs, el Premio Dardo y el Premio Blog de Oro.
El principal objetivo de dichos premios es el fomentar la unión y el intercambio entre los blogueros del mundo.
Quiero dejar asentado que todos y cada uno de los blogs a los que enlazo desde mi blogroll, fueron seleccionados por el simple hecho que son de mi agrado, sin compromiso alguno con sus titulares y sin pretensión alguna de calificar sus contenidos ya que no creo estar capacitado para esa tarea. Varios de ellos pertenecen a amigos con los que suelo tener un fluido intercambio en nuestros mutuos roles de escritores y lectores. Visito diariamente a todos ellos comento cuando mi proverbial vagancia me lo permite.
Dicho esto, bien podría librarme del compromiso de seleccionar a algunos de ellos a fin de otorgar estos premios y evitar la penosa tarea de dejar alguno afuera, pero esto llevaría a cortar la loable tarea del creador de estos reconocimientos entre bloguers por lo que paso a confeccionar mi lista de “recomendados” de forma casi arbitraria, haciendo una única salvedad: no repetir blogs a los que ya les han sido otorgados estos galardones y de los cuales tenga noticias que así a sido.
Ellos son:

Ficcionario

Antonio Cruz; poeta y narrador

Internacional Microcuentista

Atravesando corredores llamados subjetividad

El hueco detrás de las palabras

Via Libris

Nunca es siempre

Anillos invisibles

Acomodando palabras

Cositas buenas

Estos son los que son. Han quedado algunos sin mencionar y es debido a la limitación del número posible a seleccionar. El orden es arbitrario y el criterio también. Debo ser arbitrario.

domingo, 25 de julio de 2010

Especial ajedrez- Miguel Dorelo

Historias entre trebejos...

Protección- Miguel Dorelo
Aquél torneo de ajedrez resultó un fracaso. Los contendientes no pudieron adaptarse a la modificación en el reglamente impuesto por los auspiciantes del evento: la sociedad protectora de animales.
—Declarar a los caballos “Intocables, especialmente protegidos y libres de todo acto de crueldad” atenta contra la idiosincrasia del juego —se quejó uno de los jugadores

La conquista- Miguel Dorelo
— ¿Me parece a mí o esa mina me está tirando onda?
— ¿Cuál?
—La de negro, esa que está al lado del jovato.
—Olvidate, boludo; es la jermu del Chabón y está super custodiada.
—Algo tengo que hacer ¡Está re buena!
—Te come la guardia. Te ensarta un alfil o te pisa un caballo. Se comenta que tienen francotiradores en las torres. El rey es muy cuida. Parece que la tipa dos por tres lo cornea.
—Vos dejáme. Aunque sea avanzando de a una casilla, pero vas a ver como me la encaro.
—No te lo aconsejo, nosotros somos dos tristes peones y la nobleza es muy puta.
—Hacéme gamba, no seas jodido.
—Está bien. ¿Qué hago?
—Lo habitual, como para que no sospechen nada, mandate un 1e4.
Del resto me encargo yo.
Esta noche duermo acompañado.

El asesor- Miguel Dorelo
Debía ganar a cualquier precio ese torneo, pero por el nivel de los participantes sabía que no resultaría fácil.
Se preparó durante meses y participó en torneos menores para llegar a la contienda en plenitud.
Aunque ganó todos ellos, no fue con el suficiente margen como para confiar ni siquiera en un buen desempeño en aquél que le interesaba.
Debía pensar en alguna estrategia adecuada para incrementar sus posibilidades, los tiempos se acortaban.
Y un buen día, su mente se iluminó: un buen asesor, eso es lo que necesitaba.

Todo funcionó de maravilla; llegado el momento, el tan soñado triunfo fue casi un trámite.
Desentenderse de las torres enemigas gracias a los consejos de su asesor le dio ese plus tan necesario. Entre jugadores tan parejos esa mínima ventaja resultó ser clave
Contratar a Bin Laden resultó ser una idea brillante.
Sin dudas, un verdadero experto.

martes, 20 de julio de 2010

Romance- Miguel Dorelo ( Dos versiones)

Compartir: un ingrediente imprescindible del amor...

Romance- Miguel Dorelo

Coincidieron en un miércoles de Agosto ventoso y desapacible.
El cielo gris y encapotado no alcanzó para opacar el brillo de las miradas al cruzarse en la entrada de aquél bar sobre Viamonte, casi llegando a San Martín.
La excusa del destino fue esta vez la presentación del libro de Christian, un amigo en común.
—Me llamo Ana —le dijo ella sin esperar a ser presentados.
—Manuel —fue la escueta respuesta de él.
El beso en la mejilla, muy pronto lo sabrían, era un anticipo a cuenta de muchos otros a gastar en noches venideras.
Se sentaron a la misma mesa, junto a otros, pero frente a frente.
—Estuvo bueno —dijo Ana cuando concluyó el evento.
—No sé —respondió Manuel mirándola directamente a los ojos —me fue completamente imposible prestar atención a lo que Christian decía; deberían prohibirle la entrada a mujeres como vos a estas reuniones.
— ¿Por qué decís eso? —preguntó ella con aire inocente y sabiendo la respuesta.
—Distraen a los pobres hombres como yo interesados solo en la literatura.
— ¿Solo la literatura?
—Bueno, no siempre. A veces me interesan otras cosas. Como ahora, por ejemplo.
La respuesta de Ana vino en forma de sonrisa.
Luego, un café pero en otro lado, charla sobre gustos: poesía ella, narrativa él.
Te doy mi número, llamáme cuando quieras.
Y dejar pasar un par de días para que ella no crea que está demasiado ansioso.
Y ¿Por qué carajo no me llama este boludo? Dando un salto cada vez que suena el celular.
Y por fin ¿Nos vemos y charlamos? Dale ¿A las siete?
Después, la maravillosa rutina de los enamorados
Cena y hacer el amor en la casa de ella.
Una peli y, obviamente, hacer el amor en el departamento de él.
Mate con facturas, antes o después de…hacer el amor.
Y un buen día, darse cuenta que ya no pueden estar separados, que no es estrictamente necesario que las historias de parejas terminen siempre mal, que los conflictos están para ser resueltos y que a veces el amor también triunfa.
Ana y Manuel serán felices, con altibajos claro que sí, pero envejecerán juntos haciendo cosas que les gustan, que siempre les gustaron, pero que ahora que las hacen de a dos son más lindas.
O al menos, así les parece a ellos.
¿Importa algo más?

-----------------------------------------------------------------------------------------------
A veces, no hay tiempo ( o caracteres) para una historia de amor...

Romance- @mdorelo. (versión para Twitter)

Ana y Manuel se conocen en Agosto.Cruzan miradas.
¿Cogemos? propone él.
Dale, acepta ella.
Lógicamente,no se van a vivir juntos.

Elaborados para La Cuentoteca

jueves, 15 de julio de 2010

Micro sex- Miguel Dorelo

El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.
( Woody Allen).

Eternidad efímera- Miguel Dorelo

Al principio ella no le llamó mucho la atención. No es que no fuera una linda señora, solo que probablemente anduviera algo distraído.
Pero poco a poco se le fue metiendo por los ojos, el corazón y la mente.
Querer estar con ella fue la más que lógica consecuencia.
—Cuando sea, será para siempre —dijo —Para toda la eternidad.
Y un buen día coincidieron en tiempo y lugar.
La trató con dulzura, delicadamente; le hizo el amor lenta y suavemente, como en
cámara lenta. El sexo tántrico era su especialidad.
Claro que no siempre el tiempo es percibido de la misma manera por unos y otros.
— ¿Eso es todo? —dijo ella decepcionada, mientras se vestía y se marchaba.
Jamás se volvieron a ver.

Especialidad- Miguel Dorelo

La conoció en una librería de usados por Corrientes, un viernes a la tarde.
Ella tenía en sus manos “Trópico de cáncer”, de Miller; él acababa de descubrir una vieja edición de “Amores extraños” de Ballard.La charla entre ellos fue consecuencia directa del amor por lo erótico que compartían.
Pocos minutos después abordaban un taxi que los llevaría al departamento de él.
Algo de beber para entrar en clima y luego él, tomando la iniciativa, comenzó a desplegar toda su sabiduría sobre el tema.
Luego de dos horas, ella, probablemente decepcionada y recogiendo su abrigo dijo:
— Te soy sincera: tenés una buena voz, estos relatos son muy buenos y tu dicción es perfecta, pero no era en lo que había pensado cuando me dijiste que eras un especialista en sexo oral.

Elaborados para La Cuentoteca

sábado, 10 de julio de 2010

Tiempo de juegos- Miguel Dorelo

Juegos difíciles de jugar...


Tiempo de juegos- Miguel Dorelo

Él regresa a su casa a esa hora en que la luz del sol se retira lentamente y otras empiezan a encenderse tratando vanamente de imitarla.
Saluda a su esposa y a sus hijos, acaricia al gato. Toma dos mates antes de pasar por la ducha y de acostarse un rato antes de cenar. Apenas apoya la cabeza en la almohada comienza a imaginarse el fin de semana y un nuevo encuentro con ella. El sonido del motor de la heladera al arrancar le recuerda donde está.
Ella está sola desde hace ya un tiempo. Como casi todas las horas que pasa en su departamento. Prende la tele para no pensar demasiado. Es Jueves, y en algo así como cuarenta y ocho horas él llamará por el portero, dirá soy yo como si existiese la posibilidad de que no lo sea. Y luego el primer beso, después un mutuo como andás; evitando a toda costa referencias dolorosas a hogares actuales y pasados. Después un par de horas para el amor o algo que se le parece, otra hora para un capuchino y los reproches de siempre, mañana le cuento todo y me vengo para acá, siempre decís lo mismo, es que pienso en los chicos, y el andáte por favor final.
Luego, como todas las semanas de los últimos siete meses, se activarán los mecanismos de defensa.
Él, hará el asado dominguero y dormirá la siesta antes de ponerse a mirar el partido. Si los chicos se duermen temprano, tratará de evitar a su mujer, aplazando por enésima vez la confesión redentora que lo convierta de nuevo en hombre.
Ella, se levantará temprano y mal dormida. No podrá evitar el llanto al lavar las dos tazas con los restos de café sabiendo que una sobrará al prepararse el desayuno. Juntará coraje y llamará a alguna compañera del trabajo para que la acompañe esa tarde al cine.
Los putos domingos deberían durar mucho menos.
Por suerte el sueño acumulado le alcanzará justo para llegar a la tabla salvadora del lunes y la rutina oficinesca.

Y el miércoles a más tardar, aunque él no lo haya hecho antes, ella lo llamará y tan solo dirá te espero el sábado y colgará enseguida, no deseando escuchar su voz para aliviar aunque sea en algo el dolor.
Y la rueda seguirá girando casi infinitamente, hasta que alguno de los dos, o ambos, decidan que ya no es tiempo de juegos.

Elaborado para La Cuentoteca




miércoles, 7 de julio de 2010

Ciento cuarenta caractéres, incluídos espacios y título- Miguel Dorelo

Tuits sin Cuenta en Twitter. Por ahora no me sigan, no me van a encontrar.

Ciento cuarenta caracteres, incluídos espacios y título- Miguel Dorelo

Asesinos por naturaleza-@Dorelín
Sus ojos, su boca, su piel, su mirada.
Pido para ellos, señor juez, la pena máxima.

Andar juntos-@Dorelín
No te apresures, amor, no es necesario; tus pasos y los míos están predestinadamente sincronizados.

Método infalible-@Dorelín
Cuando te extraño demasiado, solo dejo de existir un rato y se me pasa.

Tareas específicas
Volar es cosa de aves, ángeles y enamorados.
Detener sus vuelos corre por cuenta de la necedad del hombre.

Genio defraudado-@Dorelín
Pide tres deseos y te serán concedidos.
No, gracias, respondí. Siempre valoré el esfuerzo personal.

Escritor incomprendido-@Dorelín
En sus escritos se ocultaban grandes enseñanzas. Para su desgracia, nadie aún ha podido hallarlas.

Equilibrio-@Dorelín
¡Dadme un punto de apoyo, y ya no se me moverá el mundo! gritó Arquímedes luego del cuarto Bloody Mary.

Solo-@Dorelín
Las velas, el mantel de hilo, las copas, el champagne; tu ausencia atentando contra una noche perfecta.

Miedos-@Dorelín
Despierto sobresaltado, empapado en sudor, aterrorizado.
Recuerdo perfectamente lo soñado, pero no me atrevo a contarlo.

Pasaje-@Dorelín
—Uno ida y vuelta —, le solicité amablemente al conductor.
Ignorando por completo mi pedido, Caronte comenzó a cruzarme.

Crucifixión súper star-@Dorelín
¿Padre, por qué me has abandonado?
Es que debo ceñirme al guión, hijo mío.

Sinceridad-@Dorelín
No creas que me casé contigo solo por tu dinero. En estos últimos tiempos hasta te estoy tomando cariño.

Elaborados para La Cuentoteca

domingo, 4 de julio de 2010

Porque el tango es macho- Miguel Dorelo

Rantifusa, gilastruna, engrupida, no quiero volver a verte...

Porque el tango es macho- Miguel Dorelo

Debería matarte, lo sé.
Aún no entiendo por qué no lo hago.
Es probable que la misma razón que me impulsa a hacerlo sea la que me lo está impidiendo. ¿Acaso nunca te ha a pasado esto de la dualidad de criterios? La estructura superyoica según la segunda tópica de Freud, gilastruna.
Cuando la tristeza se hace infinita no hay cuerpo que aguante.
Y sos la única responsable, discúlpame si esta vez no soy un caballero: hoy no quiero ni tengo ganas de buscar culpas compartidas, hoy estoy tanguero.
Y en el tango, mi amor, la mujer es la culpable de todos los males del varón.
Porque el tango es macho, pebeta, deberías saberlo. Y si lo ignorabas, pues ahora te enterás, carajo.
Una buena puñalada en el corazón no estaría nada mal, sería tan solo una buena manera de hacer justicia con ese maldito órgano que con tanta impunidad has utilizado una y otra y otra vez.
—Soy una mina jodida —me dijiste una vez.
Te quedaste corta en el concepto, desgraciada.
Me usaste, abusaste de mí sin contemplación alguna y me arrojaste a un lado cuando ya no te serví. Menos mal que ya no tengo a mi santa madre conmigo y no alcanzó a ver a su hijo querido arrastrado por el fango, flaco, fané y descangayado.
Pero, todo llega, rantifusa, ya vas a pagar tus culpas por todos y cada uno de los otarios que tiraste a la marchanta. Ya no soy aquel ratoncito con el cuál jugabas, gato de cuarta y encima, maula.
Si alguna culpa debo reconocer, es la de haber colaborado con mis besos y mis caricias para que te engrupieras, para que te creyeras la más linda y la mejor. Y no lo sos, Margarita, sos cartón pintao, engañosa como las luces del centro.
Y no la sigo porque al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen. Y vos tenés unos cuantos kilitos de más, hace rato que quería decírtelo, gorda. No, si al final resulté ser un bagayero como el que más.
¡Ya sé que te lastimo con todo esto que te digo! Pero que le va cha ché, la vida es una herida absurda, poligriya, percanta que me amuraste en el final de mi vida.

Debería matarte.
Y no puedo.
Y no quiero.
Y un macho amante del dos por cuatro no debe llorar.
Y no son lágrimas, claro que no; es que me entró una basurita en el ojo justo ahora, cuando estaba por terminar este relato, así que lo dejo acá, no sea cosa que te confundas y creas que aún te amo, te extraño o alguna de esas pavadas sentimentales que se les suele meter en la cabeza a las minas como vos.
Sos triste hasta cuando te reís, nena.

¡Que te garúe finito!
¡Y si te he visto, no me acuerdo!

Elaborado para La Cuentoteca


La muy maldita le pidió a una amiga que me respondiera.
Dios las cria...